Teoría Debye-Hückel
Las propiedades coligativas de los electrólitos y el
hecho que sus soluciones conducen la electricidad, condujeron a que Svante Arrhenius propusiera en 1887 su
célebre teoría de la disociación
electrolitica. Arrhenius postuló, que los electrólitos en solución se
disocian en partículas cargadas eléctricamente, llamadas iones, de manera que
la carga total de los iones positivos es igual a la carga total de iones
negativos. El resultado final es, por lo tanto, que la solución en conjunto
resulta neutra a pesar de la presencia de partículas cargadas eléctricamente.
La presencia de estos iones es responsable de la conductividad eléctrica de las
soluciones.
Arrhenius
señaló además, que un electrólito en solución no se encuentra forzosamente
disociado en su totalidad; en su lugar, lo hace parcialmente encontrándose en
equilibrio con moléculas no disociadas de sustancia. Por tanto, puede
anticiparse teniendo en cuenta las leyes del equilibrio químico, que la
proporción de la disociación varía con la concentración, siendo mayor cuando
ésta disminuye. En vista de lo cual, cabe esperar una disociación total en
soluciones diluidas a infinito. En las demás ocasiones, sin embargo, el
electrólito se halla disociado parcialmente en un grado que depende de la
naturaleza de la sustancia y su concentración.
De acuerdo con esta teoría, cualquier valor observado en los descensos de los puntos de congelación molales mayores que 1.86°C menores que los que podría alcanzarse con la disociación total, corresponden a una ionización parcial del electrólito. Si el caso es éste, es posible calcular el grado de ionización a partir de los datos coligativos observados o de los valores de i calculados a partir de ellos. Consideremos un electrólito AxBy que se disocia en x iones de A, cada uno con una carga z+, e de B, con z-, según la ecuación:
Clasificación de los electrolitos
Los
cálculos del grado de disociación de diversos electrólitos en solución acuosa
muestran que prácticamente todas las sales se encuentran muy disociadas en
iones. Lo mismo es cierto con los ácidos y bases. Como cabe esperar de su
elevado grado de disociación, las soluciones acuosas de estas sustancias son
buenas conductoras de la electricidad, pero por otra parte, hay muchas
sustancias también, cuyas soluciones acuosas exhiben relativamente poca
conductividad, y cuya conducta coligativa indica que están solo ligeramente
disociadas, aún en concentraciones bastante bajas. Entre ellas se incluye un
gran número de ácidos orgánicos como el acético, propiónico, y benzoico; ácidos
inorgánicos como el carbónico, hidrosulfúrico, hidrociánico, orto-arsénico,
bórico, y ácido hipocloroso; y bases como el hidróxido de amonio, de cinc, y
plomo. Las soluciones de las sustancias que presentan buena conductancia e
indican un alto grado de disociación en su solución se denominan electrólitos
fuertes, y por el contrario las que muestran una conductancia pobre y un grado
bajo de disociación, se llaman electrólitos débiles.
Pero
no todos los electrólitos se clasifican claramente en débiles o fuertes. Hay
algunos que en solución acuosa, como los ácidos o-clorobenzoico, o-nitrobenzoico,
3,5-dinitrobenzoico, y cianoacético, tienen una conducta tal que se clasifica
en un grupo intermedio. Su número no es grande, y, de ahí que no se estudien con
más detenimiento.
Con
frecuencia, es conveniente subdividir los electrólitos fuertes, de acuerdo con
la carga de los iones que producen. Así un electrólito que origina dos iones
con una sola carga, se le conoce como un electrólito del tipo 1-1, aquél que
produce iones positivos univalentes y negativos divalentes, como el sulfato de
potasio o el ácido sulfúrico, se llama electrólito del tipo 1-2, mientras que
si ocasiona iones positivos divalentes y univalentes negativos, como el cloruro
de bario o el nitrato de magnesio, se denomina electrólito del tipo 2-1.
Análogamente el sulfato de cobre es un electrólito del tipo 2-2, mientras que
el ferricianuro de potasio es un electrólito del tipo 1-3. En este método de
clasificación de electrólitos fuertes, se designa primero la carga de los iones
positivos y a continuación la de los negativos.
Teoría de Arrhenius
Las
aplicaciones de la teoría de Arrhenius al comportamiento de coligación, conductancia
eléctrica, y equilibrio iónico de los electrólitos débiles muestran que la
teoría es satisfactoria en dichos casos. Sin embargo cuando se trata de
aplicarla a los electrólitos fuertes, se encuentran tantas anomalías e
inconsistencias que surgen serias dudas de la validez de alguno de los
postulados de Arrhenius en relación a la naturaleza de los electrólitos fuertes.
El
grado de disociación de un electrólito se determina no sólo por sus propiedades
coligativas, sino también por conductimetría “conductimetría es un método analítico basado en la conducción
eléctrica de los iones en solución, que se utiliza para medir la molaridad de
una disolución, determinada por su carga iónica, o salina, de gran movilidad
entre dos puntos de diferente potencial. La conductividad eléctrica es un
fenómeno de transporte en el cual la carga eléctrica (en forma de electrones o
iones) se mueve a través de un sistema”. Por ambos procedimientos, los valores
de a (grado
de disociación) obtenidos concuerdan muy bien en el caso de los electrólitos
débiles, pero no sucede lo mismo con los fuertes cuya concordancia no es la que
cabría esperar por la exactitud de las mediciones. De nuevo, la aplicación de
las leyes de equilibrio a la disociación parcial postulada para las soluciones
de electrólitos por Arrhenius, nos muestra que éstas son obedecidas muy bien
por los electrólitos débiles pero de ninguna manera por los fuertes”.
Otro
factor que se pronuncia contra la simple teoría de disociación al aplicarla a
los electrólitos fuertes, es el hecho que Arrhenius consideraba que las
soluciones iónicas tenían un comportamiento ideal, equivalente al de soluciones
que tuvieran el mismo número de moléculas neutras, pero tal suposición es
difícil de mantener. Mientras las fuerzas entre las moléculas neutras en
soluciones bastante débiles, son relativamente pequeñas, las atracciones
electrostáticas entre las partículas cargadas eléctricamente pueden ejercer un
efecto importante en el movimiento y distribución de los iones. Por lo tanto es
bien dudoso que tales soluciones se comporten en forma ideal, y tampoco cabe
esperar que los iones actúen como las moléculas neutras e ideales. El efecto
producido por interacciones iónicas pueden resultar muy pequeños en las
soluciones de electrólitos débiles, donde el número de iones no es muy grande,
y en consecuencia su comportamiento irá de acuerdo con las predicciones de
Arrhenius, pero en los, electrólitos fuertes, donde el número de iones es
grande, el efecto de las atracciones interiónicas debe ser apreciable, tanto
más cuanto mayor es la concentración y la valencia de los iones.
Estas
y otras consideraciones, nos llevan a la conclusión que la teoría de Arrhenius,
aunque es esencialmente válida con los electrólitos débiles, no representa la
situación real de los fuertes. Es opinión general que las soluciones de
electrólitos fuertes se encuentran totalmente ionizados incluso en
concentraciones moderadas, y que los valores de a calculados dan simplemente una indicación de las
fuerzas interiónicas que operan en ellas.
La teoría de las atracciones interionicas de DEBYE-HÜCKEL
En
1923 P. Debye y E. Hückel publicaron una teoría de la
atracción interiónica en soluciones diluidas de electrólitos, que ocupa un
puesto importante en todas las consideraciones que comprenden a éstos, así como
su conducta cinética y termodinámica. Ahora, nuestra atención se concentra en
la presentación de los detalles cualitativos de más relieve, de la teoría, sin
intentar su formulación matemática. Lo mismo que Arrhenius, Debye y Hückel
establecen que los electrólitos fuertes existen en solución como iones de los
tipos mencionados pero, creen ellos que los electrólitos fuertes al menos en
soluciones diluidas se hallan totalmente ionizados y que los efectos observados
se deben a una distribución desigual de los iones como resultado de una
atracción. Debye y Hückel mostraron que a causa de estas atracciones
electrostáticas cada ion positivo de la solución debe estar rodeado con un
promedio mayor de iones negativos que de iones positivos; e inversamente debe
suceder a cada ion negativo. En otras palabras, cada ion de la solución se
rodea por una atmósfera iónica cuya carga neta es opuesta a la del ion central.
Además demostraron, que las propiedades de los electrólitos están determinadas
por la interacción del ion central y su atmósfera. Como la naturaleza de ésta
depende de la valencia de los iones, su concentración, la temperatura, y la
constante dieléctrica del medio, se deduce que éstos son también los factores
que controlan las propiedades termodinámicas de los electrólitos.
A una
temperatura y solvente dados la constante dieléctrica tiene un valor fijo, y de
ahí que las propiedades de los electrólitos deben depender sólo de las cargas
iónicas y su concentración y de ninguna manera de la naturaleza específica de
cada electrólito. Estas conclusiones son estrictamente válidas para soluciones
muy diluídas. Las limitaciones surgen del hecho de que Debye y Hückel se vieron
obligados a efectuar simplificaciones matemáticas que en definitiva reducen la
aplicabilidad de sus ecuaciones a tales soluciones.
En la teoría de Debye y Hückel el
efecto de la concentración de los iones se introduce por medio de una cantidad
conocida por fortaleza iónica de la solución, que constituye una medida del
medio eléctrico en solución y juega en esta teoría un papel análogo al de
concentración en la de Arrhenius. Se define así:
En el caso del cloruro de bario, C+ = C, C-
= 2C, z+= 2, z-= 1. De aquí:
Estos
ejemplos enseñan que la fortaleza iónica de una solución está determinada no
sólo por la concentración estequiométrica del electrólito sino también por las
valencias de los iones. Debe recalcarse, que en los cálculos de la fortaleza
iónica de una solución la sumatoria de la ecuación (m) incluye todas las
especies iónicas presentes, sin distinción de origen. Así la fortaleza iónica
de una solución que contiene cloruro de potasio (KCl) con concentración C= 0.01, en presencia de cloruro de bario (BaCl2) a otra C= 0.01 es
igual que:
En este ensayo se han hechos diversas indicaciones en distintas etapas acerca de la validez de la teoría de Debye y Hückel para explicar la conducta de las soluciones diluidas de los electrólitos fuertes, por ahora es suficiente señalar que esta teoría explica los valores de i observados en las soluciones diluidas, ya que predice que a 0°C están dados por la relación:
donde v es el número de iones producido por una molécula dada
de electrólito. La tabla 2 nos
muestra la exactitud de las predicciones comparadas con los valores observados.
La concordancia es excelente en soluciones muy diluidas, pero más allá de m =
0.01 las desviaciones son significativas. Estas desviaciones son menores en el
caso del (HCl) 1-1, y más acentuadas
con el electrólito del tipo 2-2 de sulfato de cobre (CuSO4), vale decir que son función de la magnitud del
producto z+,z-. En la siguiente tabla se comparan
de los valores calculados y observados de los factores de Van't Hoff a 0°C.
En resumen, el estado actual del problema es el
siguiente: La teoría de Arrhenius es
adecuada para explicar el comportamiento de los electrólitos débiles cuando se
modifica ligeramente, pero no es satisfactoria con los fuertes donde las
atracciones interiónicas son el factor dominante. Desde el punto de vista
teórico y cuantitativo la teoría de Debye-Hückel
proporciona la explicación de las propiedades termodinámicas de las soluciones moderadamente
diluidas, pero no se ha ampliado aún a las concentradas.
En
este caso, es probable que la teoría resulte demasiado simple, pues a fin de
entender las propiedades de las soluciones concentradas es preciso considerar
no sólo las atracciones interiónicas, sino también las interacciones entre los
iones que originan asociaciones, acciones con el solvente modificado por éste
como consecuencia de las partículas cargadas presentes en la solución. Aunque
la importancia de los factores es apreciable, y alguno de ellos se ha
investigado teórica y experimentalmente, no se ha hecho aún un análisis
completo de los problemas complejos involucrados.
La
teoría de Debye y Hückel predice que, en una solución suficientemente diluida,
el coeficiente de actividad iónica media debe depender sólo de las cargas de
los iones y de su concentración, pero de ninguna otra de las características
individuales de los iones.
Cualquiera
de las propiedades coligativas puede utilizarse para determinar los
coeficientes de actividad de una sustancia disuelta sea un electrólito o un no
electrólito. La disminución del punto de congelación se utiliza bastante, ya
que este experimento requiere un equipo menos sofisticado que cualquiera de los
otros. Tiene la desventaja de que sólo pueden obtenerse valores de concentración
cerca del punto de congelación del disolvente. La medición de la presión de
vapor presenta este inconveniente, pero experimentalmente es más difícil de
manejar.
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